Efecto de la densidad animal de corral sobre el rendimiento productivo y bienestar en terneros Angus de cebo intensivo
Maria Roda Tena1, Marçal Verdú2, Adriana Siurana1, Xavier Soldevila3, Lorena Castillejos1
(1)-Servei de Nutrició i Benestar Animal, Departament de Ciència Animal i dels Aliments, Universitat Autònoma de Barcelona (2)-Alimentació Animal i Producció, bonÀrea Agrupa, Guissona, Lleida, España. (3)-Alimentació Animal i Producció, bonÀrea Agrupa, Guissona, Lleida, España
115%’>Una delas principales recomendaciones de la EFSA (European Food Safety Authority,
2023) para mejorar el bienestar de los terneros es aumentar el espacio de
alojamiento disponible, ya que un espacio insuficiente tiene efectos
perjudiciales tanto para su bienestar (Gyax et al., 2007) como para el
crecimiento (Ingvarsteen and Andersen, 1993). No obstante, la normativa actual
sigue siendo muy limitada, ya que únicamente regula el espacio mínimo
disponible (1,8 m2/animal con un peso vivo
≥ 220 kg) para terneros de hasta 6 meses de edad (RD 1047/1994, modificado por
el RD 159/2023). Además, la escasez de datos sobre el impacto de la densidad animal
en el sistema de engorde intensivo con alimentación a base de pienso y paja ad
libitum, en comederos separados, dificulta afrontar este desafío. El
objetivo de este estudio fue evaluar el efecto de la densidad en el corral en terneros
de cebo. 115%’>En una
explotación comercial (Talavera, Lleida, España), un total de 68 terneros
machos Black Angus x Frisona, con un peso vivo de 153 ± 29,9 kg y edad de 130 ±
16,4 días, fueron distribuidos en 4 corrales (72 m2/corral) durante 260 días de cebo. En dos de los corrales
se alojaron 19 animales (3,8 m2/animal, alta densidad)
y en los otros 15 animales (4,8 m2/animal, baja densidad).
Cada corral disponía de un comedero de paja de 4 bocas y un comedero de pienso automático
uniboca tipo túnel (bonÀrea Agrupa, Guissona, Lleida, España). Además, se
instaló una báscula de pesaje automático con un bebedero incorporado
(DigitAnimal, Madrid, España) para la monitorización diaria del peso individual.
Cada 14 días (un total de 18 períodos) se pesaron todos los animales mediante
una báscula electrónica incorporada a una manga de manejo. Además, se instaló a
cada ternero un collar acelerómetro (CowScout Neck, GEA Farm Technologies,
Bönen, Germany) que permitió el seguimiento continuo del tiempo dedicado a la
alimentación, rumia e inactividad. También cada 14 días, durante todo el
engorde, un observador registró durante 60 minutos dentro de la misma franja
horaria (12:00 a 17:00), el comportamiento de 4 terneros de cada corral
mediante un etograma (Verdú et al., 2017). Al finalizar el estudio, los
animales fueron sacrificados en un matadero comercial (La Closa, bonÀrea,
Guissona, Lleida, España), obteniéndose el peso, la clasificación y el engrasamiento
de canal. Asimismo, se tomaron muestras de líquido ruminal para la
determinación del pH y el análisis de los ácidos grasos volátiles posterior. 115%’>El
etograma reveló que los terneros de baja densidad pasaron más tiempo rumiando que
los de alta (16,22 vs 13,46 ± 14,31 min/h; p<0,05). Los acelerómetros
reafirmaron este resultado, mostrando diferencias durante los períodos de mayor
calor (6,36 vs 5,29 ± 1,77 h/día; p<0,05) y final de engorde (5,93 vs 5,51 ±
1,74 h/día; p<0,05), cuando la densidad puede tener mayor impacto. Por otro
lado, se observó que los terneros de baja densidad pasaron menos tiempo de pie
que los de alta (4,19 vs 6,59 ± 5,78 min/h; p<0,01), posiblemente por la
escasez de espacio confortable para tumbarse y descansar. 115%’>Los
pesajes manuales revelaron una tendencia a un mayor peso vivo (PV) y ganancia
media diaria (GMD) entre los animales alojados en baja y alta densidad (PV: 504
± 55,3 kg vs 487 ± 41,5 kg; p = 0,06; GMD: 1,68 ± 0,47 kg/día vs 1,37 ± 0,60
kg/día; p<0,05) a partir del período 16, cuando los animales alcanzaron una
edad de 346 ± 16,6 días. Además, los terneros en baja densidad consumieron más
pienso que los de alta (6,78 ± 1,90 kg/día vs 6,64 ± 2,02 kg/día; p<0,01). Estos
resultados fueron concordantes con los registrados en el matadero, donde el
peso de la canal tendió a ser 12 kg mayor en los terneros de baja densidad en
comparación con los de alta (309 ± 5,7 kg vs 297 ± 5,1 kg; p=0,10) y, también, mostraron
un rendimiento de canal más elevado (55 ± 0,56 % vs 54,2 ± 0,55 % p=0,28). Sin embargo,
no se vieron diferencias en el grado de conformación ni en el grado de
engrasamiento de canal. En el líquido ruminal se observó una mayor producción
de ácidos grasos volátiles totales (53,12 vs 43,69 ± 3,61 mM; p<0,05), un menor porcentaje de
ácido acético (65,38 vs 68,58% ± 0,91 %; p<0,01) y mayor de ácido propiónico
(21,44 vs 19,14 % ± 0,79
%;
p<0,01) en los animales de baja densidad en comparación con los de alta. Estos
resultados se tradujeron en una menor relación acético:propiónico para los
animales de baja densidad (3,15 vs 3,64 ± 0,18 %; p<0,01), hecho que podría sugerir una fermentación
más eficiente. 115%’>Los
resultados de este estudio permiten evidenciar que la reducción de la densidad en
los corrales contribuye a mejorar el bienestar animal, optimizar los parámetros
productivos y favorecer la salud ruminal en terneros de engorde en sistemas intensivos.