Pulmón o corazón: detengámonos en la exploración física
Flor Gómez González1
1-Hospital Veterinario Universitario Rof Codina, Facultad de Veterinaria, USC, Campus Terra, Lugo
INTRODUCCIÓN
Son numerosas las veces que tenemos fracasos terapéuticos y recidivas en terneros con neumonías que solemos asociar a resistencias a antibióticos o a no identificar el agente etiológico (1). No obstante, esta reincidencia puede deberse a errores diagnósticos, ya que no es habitual pensar en la posible presencia de una patología cardíaca congénita (2). Sin embargo, la prevalencia de los defectos cardíacos congénitos en ganado vacuno es del 0.2% al 2.7%, siendo tanto su identificación como su tratamiento un reto, ya que, la incidencia real está subestimada debido a las limitaciones para llegar a un adecuado diagnóstico (3).
El objetivo de este trabajo es poner en evidencia que muchas neumonías que fracasan están relacionadas con fallos cardíacos congénitos infradiagnosticados; y hacer hincapié que ante una recidiva es muy importante una buena exploración cardíaca y tratar de localizar si hay un soplo, para posteriormente concluir un diagnóstico con ecocardiografía y/o necropsia.
DESCRIPCIÓN CASOS
Se describen 3 casos clínicos de cardiopatías congénitas (2 defectos de septo ventricular (DSV) y 1 caso de doble salida del ventrículo derecho (DSVD)) diagnosticadas por el Servicio de Animales de Renta del Hospital Veterinario Universitario Rof Codina (HVU-RC) de la Facultad de Veterinaria, Lugo. En los tres casos se solicita el servicio veterinario para atender una supuesta neumonía que no responde a tratamiento. Todos muestran inicialmente una sintomatología muy parecida, destacando un importante retraso en el crecimiento, mal aspecto del pelo y apatía. Todos fueron normotérmicos y presentaban disnea en diferente grado con taquipnea y tos, que se agravaba con la actividad física o al comer. Además, presentaban ligera palidez de las mucosas, distensión abdominal y, lo más destacable fue la presencia de soplo cardíaco intenso de grado V a VI, con o sin frémito. Todas las patologías fueron diagnosticadas, tras las sospechas de la exploración física, mediante ecocardiografía, y posterior confirmación por necropsia.
DISCUSIÓN
Como se dijo anteriormente, el diagnóstico y tratamiento de estas patologías cardíacas congénitas en ganado vacuno es un gran reto debido a las limitaciones económicas al tratarse de animales de producción, lo que implica que no siempre disponemos de los medios adecuados para identificar y tratar este tipo de defectos. A esto se suma, que la patología más común asociada con estas anormalidades cardíacas es la presencia de neumonía, como bien concluyeron Buczinski et al. (2), analizando 25 casos de novillas y terneras que presentaban DSV. Llegaron a esta conclusión porque uno de los motivos de consulta más frecuentes era la dificultad respiratoria, al igual que ocurre con nuestros casos clínicos. Esto se relaciona con que los defectos cardíacos acaban provocando hipertensión y edema pulmonar, con pronunciado esfuerzo respiratorio que simula la presencia de una neumonía. En ganado vacuno, el defecto congénito más común es el DSV debido a que se suele identificar solo o en combinación con otras anomalías como la transposición de los grandes vasos, la dextraposición de aorta, conducto arterioso persistente o anomalías de válvulas cardíacas, entre otras (2-6).
Por ello recalcamos la importancia de una adecuada anamnesis y exploración física de los animales, destacando la habilidad de identificar un murmullo o soplo cardíaco (2, 3). Esto en ocasiones es complicado porque los estertores pulmonares interfieren en la exploración. Sin embargo, con técnicas avanzadas como la ecocardiografía, la más específica y sensible para detectar estos defectos, podemos conseguir un diagnóstico temprano evitando pérdidas económicas por tratamiento y mantenimiento de animales que acaban siendo sacrificados (3,7). Para la realización de esta prueba complementaria no será necesario que el ganadero invierta una gran suma de dinero, ya que los veterinarios clínicos de campo habitualmente tienen un equipo ultrasonográfico con sonda rectal de alta frecuencia (3.75-5MHz), usadas para control de reproducción, y estas pueden permitirnos una adecuada penetración, en el caso de terneros, para realizar una ecocardiografía (7). En conclusión, para evitar estos fallos diagnósticos deberíamos realizar siempre una adecuada anamnesis y una completa exploración física tratando de valorar si se ausculta un soplo, y en caso de ser positivo realizar una ecocardiografía.
BIBLIOGRAFÍA
none’>2. Buczinski S, et al. (2006). PMCID: PMC1371053 none’>4. Millar M, et al. (2021). https://doi.org/10.1002/vetr.701
none’>6. Buczinski S, et al. (2010).
https://doi.org/10.1016/j.tvjl.2009.05.005
7. Buczinski S (2009). https://doi.org/10.1016/j.cvfa.2009.07.010